
Este tratamiento es ideal para las personas que no quieren someterse a una operación y como complemento a una liposucción.
Se trata de una técnica que consiste en aplicar energía a través de la superficie de la dermis, mediante un calentamiento profundo y controlado que afecta a la piel y al tejido celular subcutáneo, provocando una serie de reacciones que favorecen:
**El drenaje linfático.
**La mejor circulación de la piel y tejido subcutáneo.
**La migración de fibroblastos.
**La formación de nuevo colágeno.
La producción de nuevo colágeno ocurre a los 21 días, y los tratamientos deben durar mínimo 2 meses para obtener buenos resultados. Las sesiones se realizan una vez por semana o cada dos semanas dependiendo del objetivo de cada paciente.
Los tratamientos se pueden realizar en todas las zonas del cuerpo, excepto en zonas con glándulas, como la zona mamaria; además se utiliza con excelentes resultados en el rostro generando un efecto de rejuvenecimiento.
La radiofrecuencia, en algunos casos, pueden evitar una cirugía plástica como abdominoplastía, o lifting facial, generando no solo la retracción de la piel, sino que una mejora considerable en el aspecto y la calidad de la piel.
El efecto de tensión se aprecia de una forma gradual y progresiva a partir del mes del tratamiento, aunque el proceso depende del estado en el que se encuentre el colágeno de la persona, entre los dos y cuatro meses posteriores al tratamiento, con resultados suelen durar aproximadamente dos años.